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Un paseo por la Revista ARA
Inmaculada Concepción de Loeches + Fundación SMP
Curaduría de Rafael SM Paniagua y Julio Jara
Julio 2023 - Diciembre 2023
Curaduría de Rafael SM Paniagua y Julio Jara
Julio 2023 - Diciembre 2023
El término “ara” en latín designa el montículo, piedra o construcción que sirve como altar sagrado. En el catolicismo el término “ara” nombra la mesa consagrada del sacrificio en torno al cual se reúnen los fieles cristianos para celebrar el banquete eucarístico. “Ara” es también el imperativo del verbo “arar”. Las imágenes de esta exposición han sido extraídas de la Revista ARA –Arte Religioso Actual– publicada de forma trimestral en España entre 1964 y 1981 por el Movimiento de Arte Sacro (MAS) que nació en 1955 en la comunidad de los Dominicos de Atocha por iniciativa del Padre José Manuel Aguilar Otermin, autor de un libro revelador: Casa de Oración (MAS, Madrid, 1967). La revista surge al calor del momento posconciliar que buscaba un aggiornamiento o actualización de la iglesia católica a los tiempos modernos, según los principios del Concilio Vaticano II (1962-1965) para revisar el fondo y la forma de todas sus actividades, también las estéticas y artísticas, pues “liturgia y arte son hermanos” (ARA, 2, IV, 1967). Este archivo da cuenta de un agudo problema pastoral que concernía al futuro de la propia iglesia católica: “la descristianización progresiva de las ciudades parece consecuencia irremediable: las grandes urbes necesitan muchos pequeños templos” (ARA. 13, 1967). Esos pequeños templos necesitaban nuevos altares, nuevos copones benditos, nuevos sagrarios, nuevas pilas bautismales, nuevos confesionarios. También nuevos diseños para las casullas e incluso una nueva coreografía ceremonial. Lo fundamental es revivificar el rito cristiano “de cara al pueblo” (ARA, IV, 1965), volviendo a los fundamentos comunitarios de la ekklesía originaria (asamblea, reunión) conviniendo que el arte moderno es “el lenguaje traductor del misterio en formas sensibles” como señala la investigadora Elena García Crespo. En algún sentido, esta pulsión posconciliar por la renovación total junto con el acercamiento del arte a la vida recuerda a los artistas constructivistas y su revolución de la vida entera en todas sus formas y expresiones. La revista ARA buscaba no tanto homologar o unificar, sino orientar y exponer las síntesis formales de los nuevos criterios artísticos, litúrgicos y devocionales, entendidos desde su multiplicidad y su polivalencia, un término de alta estima en esta puesta al día. Europa entera se encuentra en un proceso de experimentación de las artes litúrgicas que buscan ser testimonio expresivo de la nueva religiosidad posconciliar y ARA cumple una función mediadora entre lo nacional y lo internacional, en diálogo con otras revistas europeas como L’Art Sacré, Art d'Église, Fede e arte, Chiesa e Quartiere o Das Münster. El ideograma de renovación programática de MAS-ARA es una renuncia a lo suntuoso a favor de una sobriedad y un orden programático que articula un nuevo funcionalismo cultual que exige toda clase de adaptaciones y nuevas disposiciones ambientales orientadas a producir la nueva comunidad litúrgica. El archivo expuesto comprende distintas artes. |
Por un lado, la renovación arquitectónica es protagonista en cuanto afecta al proyecto en su conjunto –altares, pilas bautismales, confesionarios, salones parroquiales…– incluyendo las nuevas dinámicas ceremoniales que buscaban favorecer la participación activa y la reunión en torno al altar. Arquitectos como Luis Cubillo, Luis Moya y José Antonio Domínguez Salazar, Rodolfo García Pablos, Luis Guitíerrez Soto, José María García de Paredes, Miguel Fisac, José Luis Fernández del Amo participan activamente en la revista. Hay una colección de sagrarios que se diría labrados en meteorito. Los copones del Padre Constantino Ruggeri son tan arcaicos como vanguardistas. Esculturas modeladas a partir de criterios nuevos, sobre materiales clásicos como el hierro o madera, a cuyo catálogo se suma el ladrillo blanco, el ladrillo naranja y el hormigón, marcas de clase de un territorio obrero de nuevo planeamiento que surgió en torno a los límites de la ciudad histórica. Escultores como Pablo Serrano, Oteiza, Pascual de Lara, José Luis Sánchez, Lucio Muñoz, Joaquín Vaquero Turcios, Ángela de Clavo o Fray Domingo de Iturgáiz exponen sus principios escultóricos en ARA. Como entre lo ecuménico y lo económico, entre el oro divino y la moneda profana, hay solo un matiz simbólico, hemos introducido también algunas de las páginas publicitarias que jalonaban la revista y que dan cuenta del medio social en el que se inscribía. Talleres de mobiliario, objetos y textiles litúrgicos –Nínive, Talleres Granda, Luis Molina, Arthier, Gastón y Daniela, Madaris–, pero también fabricantes del repertorio objetual y electrodoméstico para el nuevo hogar católico –H. Muebles, Protec, Álvarez Alba, Prisma, Taraflex…– sin olvidar las inmobiliarias y constructoras –Uralita, Saconia, Parquelagos, San Martín, Cotos– ni las entidades financieras y empresas de asesoría económica y jurídica –Banco Occidental, GDC…–. Esta connivencia con el orden del progreso socio-económico apuntala la voluntad de aggiornamiento más que de transformación de un mundo que sigue abrazando la ideología del progreso económico, técnico e industrial. El pequeño archivo expuesto finaliza con un directorio de los artistas de arte moderno internacionales y nacionales que forman parte de las colecciones vaticanas. Gauguin, Ensor, Kandinsky, Bracque, Otto Dix, Kirchner, Klee, Nolde, Fontana…. y entre los españoles, Picasso, Benjamín Palencia, Ramón de Vargas, Álvaro Delgado, Chillida, Venancio Blanco, Pascual Lara, Villaseñor, Javier Clavo, Vaquero, Oteiza… Artistas que operan desde la creación-creencia, sin embargo apenas abordados, más que de forma anecdótica, desde esta dialéctica. La renovación expresiva de las formas implica, necesariamente, una renovación de la percepción y la experiencia estético-social que estos conjuntos artísticos buscaban suscitar con el fin de proveer de sentido al catolicismo en la modernidad. Muchos de los hijos de los baby boomers ibéricos fuimos bautizados o tomamos la comunión en estas iglesias de aires futuristas en la época en la que se declaraba el Estado aconfesional. Lo cierto es que a menudo allí se fraguaron unas formas de sociabilidad y convivencia barrial que terminaron atropelladas, como muchas otras formas de vida comunitarias, por el Estado neoliberal. |
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